Empate
a cero en el partido disputado en el Sánchez Pizjuán entre Sevilla
y FC Barcelona. Los azulgranas no encontraron la manera de
perforar la meta de Vaclik y salieron del estadio andaluz con un
punto, a todas luces, insuficiente. Ahora mismo, a falta de ocho
jornadas para la conclusión, ya no dependen de sí mismos para ganar
esta liga.
Salieron
los de Setién muy enchufados, la ausencia de “los Biris”
y de los sevillistas se dejaba notar, con presión alta y efectiva,
robando balones al rival y controlando el tempo del partido. Todo
ello les dio varias opciones de adelantarse en el duelo, pero unas
veces los defensores locales y otras fallos en la puntería,
impidieron ese anhelado tanto que hubiera modificado el escenario. Lo
intentó Luis Suárez, titular cinco meses después, y por supuesto Messi, con un lanzamiento de falta que buscaba la escuadra,
pero el peinado “afro” de Koundé evitó la diana del
rosarino. También la tuvo Braithwaite, que formaba parte de
un tridente inédito, pero no anduvo fino.
Tras
la reanudación, con Banega ya en el campo, los blancos se
sintieron más cómodos sobre el césped. Esa mejoría en el control
del juego propicio sendas ocasiones de Ocampos y
de Munir, pero ambos se toparon con la inspiración
cotidiana de Ter Stegen. Los cambios de Quique no mejoraron el
panorama en demasía, ni Griezmann ni
Arthur fueron la panacea. El Barça acabó diluyéndose con el
trascurso de los minutos, a la espera de una genialidad de Leo. No
llegó. La tuvo Suárez en un remate franco con la zurda, pero se le
fue. Al igual que se fue la posibilidad de la victoria para depender de
sí mismos.
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