El
FC Barcelona salvó un punto al borde del minuto 90, e hizo lo
propio con el liderato. Un empate a todo, a goles (1-1), a juego
timorato, a pocos disparos a portería,… un desastre de partido.
Para olvidar. Ahora bien en el duelo de rácanos se impuso con
claridad el Atleti de Simeone. ¡Qué pobre
impresión la del equipo del Cholo! En su espectacular estadio
Metropolitano, con el apoyo de 65.000 gargantas y con un equipo
plagado de enormes peloteros, los rojiblancos se dedicaron a
atrincherarse en su campo, sin intención alguna de jugar el
esférico, ni tan siquiera de tirar a puerta. Patético... de Madrid.
Tampoco
el Barça estuvo para tirar cohetes, pero al menos lo intentó entre
un maraña de colchoneros. De manera insuficiente, pero lo intentó.
Al menos controlaba el esférico, provocaba córnes y faltas al borde
del área, e incluso alguna triangulación con poca fortuna buscando
la meta de Oblak. Las ausencias de Coutinho y
Rakitic las suplieron Sergi Roberto y Arturo Vidal con corrección, pero a su vez con demasiada contención.
Messi estuvo ahogado en todo momento por Rodri o Saúl, o los
dos al tiempo, teniendo que bajar a buscar balones a la medular.
Acabó desesperado.
Algo
de ese sentimiento también mostraban Griezmann y
Costa, que no olieron el esférico en todo el duelo. Eso sí, la
única que tuvo el hispano-brasileño la materializó a la salida de
un córner mal defendido por Rafinha. Corría el minuto 76 y el
antifútbol del Atlético tenía un inmerecido premio, cuando todo
apuntaba al "cerocerismo". Con el marcador en contra Valverde se soltó,
salieron Dembélé y
Malcom. Toda la carne en el asador. El francés entró frío,
pero recibió una asistencia de lujo de Messi, que atrajo a varios
defensas y le dejó en magnífica posición para recortar y batir al
“Zamora” de La Liga. Y eso que Ousmane está disperso, el día que se centre... Unas tablas que mantenían al Barça en el liderato y
al Atleti otra vez segundo.
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