Plácido estreno del FC Barcelona en esta liga 2017-2018 que
cada temporada comienza antes y un día de estos empezará en junio, empalmando
con la anterior. Le ganó, sin excesos, 2-0 al Betis. En los prolegómenos en el Camp Nou se plasmó la tristeza de los recientes atentados
terroristas de las Ramblas. Esa tristeza sobrevolaba el ambiente, y los de
Valverde parecieron contagiarse de ella. También, aunque menos importante, se
sentía la saudade por la falta de Neymar. Con esto y la ausencia de Suárez por lesión le tocaba al de
siempre tirar del carro, menos mal que "el de siempre" no es un
jugador bueno, es el mejor de todos los tiempos, Leo Messi. Tan bueno que aún sin marcar puede llevarse un
sobresaliente sin despeinarse demasiado.
El rosarino gobernó el encuentro desde
la posición del "10", flanqueado por un inoperante Alcácer y un entonado Deulofeu, pero que sigue sin demostrar
tener un hueco en un equipo tan grande como el Barcelona. Los locales tras
media hora de infructuoso dominio finiquitaron el encuentro con un autogol de
Tosca y un tanto de Sergi Roberto en
un par de minutos. El de Reus jugó de interior y estuvo correcto, al igual que
lo está en cualquier demarcación en el que se le ubique.
Tras la reanudación el ritmo decayó,
normal si queremos que los chavales jueguen en agosto como si fuese noviembre.
El Betis no dejó gran cosa en su paso por el Estadi, la mano de Setién aún
no se nota, tampoco dispone de los jugones que tuvo en Las Palmas. Un poco de Deulo y un mucho de Messi bastó para
sentenciar a los verdiblancos. El argentino estuvo reñido con el gol, lanzó
tres balones a los palos y no obtuvo el premio deseado, si bien fue susceptible
de abatir al desconsuelo reinante.
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