El FC
Barcelona tiró por la borda su trabajada y autoritaria victoria sobre el
Madrid de hace un par de días al caer inesperadamente en la pista del Rio Natura Monbus por 79-67. Y lo hizo
de forma atolondrada e indeterminada, como ya nos empieza a acostumbrar este
Barça, capaz de lo mejor y de lo peor, siendo capaz de ir ganando por 9 en el
tercer cuarto y de acabar palmando por 12 en un abrir y cerrar de ojos.
Demostrado queda que si el dúo dinámico
azulgrana, Huertas y Tomic, no funciona el equipo se
resiente indefectiblemente. Si los "Stockton-Malone" del Barça acaban
con 0 y 1 punto cada uno, mala señal, muy mala. Esto unido al pésimo porcentaje
de tiros triples, metiendo solo 5 de los 24 intentados, más el estado de gracia
de Kleber que masacró el aro culé
con 23 puntos (27 de valoración), llevaron a los de Pascual a encajar un demoledor parcial de 21 puntos en contra, que
tumbarían al más pintado, no te digo ya a este Barça de tantos altibajos.
El pabellón Fontes do Sar del Obradoiro disfrutó de lo lindo para cerrar el
año, observando atónitos como su equipo remontaba la desventaja y no solo eso,
si no que iba vapuleando a los catalanes como si de un rival LEB se tratase. Insubstanciales
fueron la gran actuación de Tibor Pleiss
y el dominio en el rebote de los visitantes para contrarrestar el empuje y el
buen quehacer de los gallegos. Así suman ya su cuarta derrota, las mismas que
el Madrid, que volvió a perder, esta
vez ante el líder Unicaja, que ya se
distancia en dos triunfos con respecto a ambos.