miércoles, 5 de marzo de 2025

El Barça supera un test de supervivencia en Lisboa

 

Hace mes y medio el Benfica y el FC Barcelona disputaban un partido de locura en Da Luz, con un 4-5 final al que puso un digno colofón Raphina, anotando el tanto de la victoria en el último suspiro. Y como cada encuentro es un mundo, los que esperaban otro duelo plagado de goles no lo vieron, porque a los 22 minutos de juego los culés se quedaban en inferioridad por la expulsión de Cubarsí. Los meritorios minutos iniciales de los azulgranas quedaron en agua de borrajas al verse con un jugador menos. Hasta el descanso tampoco se notó en exceso la superioridad numérica de los locales, pues esta era contrarrestada por un control del tempo del partido bajo el signo de Pedri y De Jong, ambos mediocampistas se hicieron amos y señores de la medular, adormeciendo a los portugueses.




La expulsión a Cubarsí devengó un shock para los técnicos, para los jugadores, y para los culés, que tenían cercana en el tiempo la expulsión de Eric García en Mónaco, que supuso la derrota blaugrana; y cómo no, la aciaga roja a Araujo contra el PSG, cuando los franceses estaban medio muertos y solo así pudieron eliminar al Barça de Xavi. Pero el destino iba a deparar otro partido distinto a estos dos de la historia azulgrana reciente. El Barcelona se creció en la adversidad, ayudado por las paradas de un inmenso Szczesny, por la mayor calidad de los mediocampistas culés, y, sobre todo, por una solidaridad defensiva a prueba de bombas.

En el segundo acto el conjunto local se debió de dar cuenta de jugaban con uno más y en su estadio, y comenzaron a achuchar y empujar al Barça hacia su portería. Los de Flick pasaban por sus peores momentos, cuando un avispado Raphinha, robó un balón de pillo, y se fue solo contra el mundo, soltando un zapatazo desde la frontal, anotando un golazo, que elevó la moral de la tropa al máximo nivel. Araujo e Íñigo Martínez comenzaron a achicar balones, y aunque se notaba el cansancio en las piernas de los visitantes, sacaron fuerzas de flaqueza para aguantar el tipo y el resultado hasta el pitido final, con una actuación coral y heroica. Szczesny siguió parándolo todo, el MVP fue para un descomunal Pedri, pero al igual que hace mes y medio el que revolvió en ese mismo estadio fue Raphinha, con un golazo que puede valer unos cuartos de final de Champions.

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