Gran
segunda mitad del FC Barcelona que le bastó para imponerse al Rayo
Vallecano (1-2) en su feudo madrileño. Fue un triunfo agridulce, porque al
triunfo meritorio en un campo que últimamente no se le daba bien al Barça, hay
que unir el debut, por fin, del flamante fichaje Dani Olmo, con gol
incluido, pero en el debe quedó la amargura de la grave lesión de Marc
Bernal en el minuto 108, cuando ya languidecía el duelo. El maldito cruzado
se le rompió al chaval en un lance fortuito con Isi Palazón, una
desgracia porque el canterano de 17 años se había hecho con un hueco en el
once, habiendo completado los tres primeros partidos ligueros con sobresaliente,
como si de un veterano se tratase.
En
lo meramente deportivo el duelo fue vallecano en los primeros compases del
partido. Los azulgranas no comparecieron sobre el césped rayista hasta casi
finalizada la primera mitad. Con estos parámetros los de Íñigo Pérez no
tardaron en adelantarse en el marcador. El tanto lo firmó Unai López a pase de De
Frutos. Tras inaugurar el electrónico el Rayo se replegó un poco, y su contrincante siguió atolondrado, con Lewandowski y Ferrán sin entrar en juego, y con
algún que otro destello de Lamine Yamal. Con esa mínima ventaja local se
fueron a los vestuarios.
En
el segundo acto Flick metió de inicio Dani Olmo, y el egarense revolucionó
el choque. Nada más salir provocó un penalti clarísimo que ni el árbitro de
campo, ni el del VAR, quisieron ver. Acto seguido el ex del Leipzig
lanzó un zapatazo desde 30 metros que hizo temblar el larguero. El signo del
choque había cambiado radicalmente. Obviamente si quitas a un inoperante Ferrán
y pones a un desatado Olmo, las directrices cambian exponencialmente. A la hora
de juego empató Pedri, tras asistencia filtrada de Raphinha. Lewandowski
marcaba el segundo, pero el VAR lo anulaba, tras control del balón de Koundé
y pisadita al caer en la uña de un rival. Una sibilina decisión del VAR y de Soto
Grado, que recordemos ya le dio media liga al Madrid la pasada temporada en
el “clásico” cuando no dio el gol de Lamine Yamal que traspasó la línea
claramente.
Pero
el Barça no se rindió, a pesar del infame árbitro. Siguió percutiendo contra el
área de los franjirrojos, hasta que Lamine encontró a Olmo en el área, y este
batió a Cárdenas de tiro cruzado con la izquierda. Era el premio justo a
los méritos de unos y otros. Aún quedó pendiente la expulsión de Ciss
por dura entrada a Pedri, pero Soto Grado no lo vio así; y la desgraciada
acción en la que Bernal se lesionó gravemente, dejando a los culés sin saborear
el valioso triunfo en su totalidad.