Un Barcelona muy enchufado desde el principio, tras el emotivo minuto de silencio dedicado a Maradona, salió con mucha movilidad y buscando los espacios continuamente, supo buscar las debilidades de un conjunto pamplonica muy contundente en labores defensivas, jugando con tres centrales, pero que paulatinamente fue desintegrándose ante la superioridad del rival. Tras varias acometidas desbaratadas por los visitantes a los treinta minutos llegó, a trancas y barrancas, el tanto de Braithwaite. Y al filo del descanso un virtuoso Griezmann materializaba el segundo de un voleón terrorífico desde fuera del área.
Tras la reanudación el Barça siguió a lo suyo, picando piedra y martilleando la meta de Sergio Herrera. Hasta que a la hora de juego llegó el gol de Coutinho, tras asistencia generosa de Griezmann. Aún faltaba lo mejor, la maravilla del mejor jugador de todos los tiempos, Don Lionel Messi, que se sacó un zambombazo cruzado desde la frontal que selló la goleada. El astro argentino le dedicó el tanto a otro de las mayores estrellas del firmamento, luciendo la casaca que el propio Maradona vistió con Newells. Era la guinda del pastel de un encuentro disputado en el Camp Nou a una hora atípica (14:00) en una liga más atípica que comandan Real Sociedad y Atlético de Madrid, y el cual había que ganar o ganar para seguir en la pelea por el título.