Es
comprensible, y hasta aceptable, que la prensa deportiva en épocas
de vacaciones se centre en lo único que le queda para rellenar papel
en los periódicos y espacio en sus respectivas webs, esto es, los
fichajes. Esos tropecientos mil fichajes, adquisiciones, cesiones y
traspasos con los que nos abruman en los meses en los cuales no se disputa
competición alguna. Culebrones de tomo y lomo, en definitiva.
En lo referente al FC Barcelona el que más portadas está ocupando en esta
época de coronavirus es Lautaro Martínez.
Así se ha llegado a hablar de que si habrá que soltar 120 millones
de euros, que si llegará cedido, que si habrá trueque con
Griezmann, o que si cuatro jugadores más dinero por él. Y
cuando parecía que lo más inverosímil ya lo habíamos visto, que
fue lo de que el Inter de Milán metía a Messi en la
operación, pues todavía nos faltaba por ver/leer, hoy precisamente,
que Lautaro en un test psicológico sacó un 98 sobre 100, que es un
superdotado. ¡¡¡Puuuffff!!!
Pero
a quién pelotas le importa si el tal Lautaro de 22 años, que por
cierto todavía no ha empatado con nadie, es un superdotado o es un
tonto a las tres. Lo realmente importante es si es un delantero
centro válido para el mejor club de la historia, y si es susceptible
de sustituir a Luis Suárez con plenas garantías (sus números esta temporada en la Serie A no son para tirar cohetes: 11 goles y 1 asistencia). Esto es lo
trascendente y no si es listo o medio lerdo. O acaso a alguien le
parece relevante que Ronaldinho no tenga muchas luces y se
presente en Paraguay con un pasaporte falso y acabe en prisión. No. Lo verdaderamente importante para el aficionado al fútbol es que fue
uno de los mejores peloteros de todos los tiempos, el adalid del
círculo virtuoso del barcelonismo, el que hizo disfrutar a muchos y
padecer a otros tantos.
O
acaso a alguien le parece relevante que Sergio Ramos no tenga
las suficientes neuronas para pasar la mañana. No, lo primordial es
que es un central como la copa de un pino. A alguien le preocupa lo
que dice El Mundo Today, que “Ramos se saca al fin la ESO
gracias al aprobado general”, o le quitan el sueño sus constantes
meteduras de pata (que si cuando era pequeño a algunos amigos les
gustaba el baloncesto y a otros el “basket”, que si la selección
de Lituania merece un respeto porque tiene varios jugadores
internacionales, que si veía un “hándicap” el hecho de jugar la
vuelta en el Bernabéu, etc, etc, etc,…). Pues eso que lo de
Lautaro, lo mismo: ¿a quién le importa?