Parecería
lo más cómodo y sencillo echarle las culpas al Madrid y a esa apisonadora llamada Florentino que todo lo aplasta sin pudor. Por donde él pasa no
vuelve a crecer la hierba, salvo la del Bernabéu.
Esa sí. Esa tiene que crecer y multiplicarse a costa de todo. Incluso de la
Selección Española. A La Roja da igual pisotearla o
faltarle al respeto por completo. Y decimos que sería lo más cómodo ya que a
otros, a los de “la caterva cibelesca” y a los de “El relañato” les resultará
más fácil explicar el fiasco con la imprudente mano de Piqué o con las no-paradas de De
Gea.
La
temeridad de Piqué, taponazo incluido, para que el ala-pívot Dzyuba igualara el tanto en propia meta
de Ignashevich, resulta indudable.
Pero no lo fue menos la apuesta de F. Hierro dejando en el banquillo al gran
Iniesta. Se puede intentar jugar bien al fútbol sin Xavi, pero sin Xavi ni
Iniesta ya es otra cosa, así la esencia se desvanece, es imposible ganarle
ni tan siquiera a Rusia, selección
número 70 del mundo, susceptible de colgar 11 tíos bajo el larguero delante de
los 70.000 rusos del Luzhniki, y cuyo
máximo goleador, Cheryshev, es
suplente en el Villarreal.
También
es innegable que De Gea ha estado canalla, siendo el mejor portero seleccionable,
no ha dado la talla en este torneo. De hecho, solo ha hecho una parada, fue
contra Marruecos. Los otros seis
disparos que le tiraron devengaron otros tantos goles. Tampoco fue capaz de
atajar una triste pena máxima de las cinco que le lanzaron en octavos. No
siempre hay que hablar de “la lotería de los penaltis”, porque contra Rusia se
debió pasar durante los 120 minutos anteriores, pero asimismo se tuvo que
acceder a cuartos desde los 11 metros. Koke
no debió lanzar nunca –si en el Atlético
no mete nadie un penalti al arco iris, ni siquiera Griezmann- y sí hacerlo Rodrigo, que para eso lleva el nueve a
la espalda y estaba fresco. Es más, Koke debía haber sido sustituido por Lucas Vázquez para ensanchar ese campo
plagado de cosacos -el chaval sabe lo que es una tanda de penaltis en una final
de Champions-. ¿Qué pintaba Koke a
partir del minuto 60 cuando ya se veía que “los hijos de Putin” no querían
salir de su área? ¿a quién frenaba? Pero claro eso no estaba a la vista de F. Hierro,
estaba al alcance de Lopetegui, pero a este ya lo habían robado el Madrid de
Florentino y sus secuaces.
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