El FC Barcelona venció al Madrid
por 3-2 en un atípico clásico disputado en Miami, se llevó así el trofeo de
esta Champions Cup en el que ganó los
tres duelos que disputó (Juventus, United y Madrid). Como de un partido de
verano se trataba se desarrolló como tal, con muchas ocasiones por ambos
bandos, demasiados desajustes defensivos, y con muchos goles. En definitiva lo
que demandaba el público americano, que lo vivió como si fuese una Super Bowl. Con actuación musical en el
intermedio, y todo, cantó Marc Anthony, y se movió más en 15 minutos que
Benzema y Bale en todo el encuentro.
El Barça jugó mejor y dispuso de
inmejorables ocasiones para golear al eterno rival. A los 7 minutos ya ganaba
2-0, con tantos de Messi, rompiendo
la cintura a Modric, y de Rakitic,
con su habitual zurriagazo cruzado desde la frontal. Pero los de Valverde se
durmieron en los laureles, y los merengues empataban, tras buena jugada de Kovacic, el mejor de los blancos, y
tras contra iniciada y culminada por Asensio.
Tras la reanudación los catalanes
volvieron a probar a un entonado Navas, que nada pudo hacer en el gol de Piqué, tras inmejorable asistencia de Neymar. El brasileño a pesar de estar
más fuera que dentro volvió a ser de los mejores, acabando como pichichi del
torneo con tres goles. La imagen más representativa de cómo se está viviendo la
marcha de Ney al PSG fue ver a Messi y Suárez
en el banquillo en el minuto 90 con cara de desolación, a pesar de la
victoria de prestigio que estaban consiguiendo.