Comentaba en la previa el entrenador
del Celtic FC, Brendan Rodgers, que él creía y tenía esperanzas en el partido del Camp Nou. Creer, lo que se dice creer no
lo pareció, o lo disimuló demasiado con su línea de cinco atrás y otra de
cuatro por delante. El resto ya lo saben... el FC Barcelona le pasó por encima al conjunto escocés, con un sonrojante
7-0.
Previamente en el otro partido del grupo
(M. City - B. Mönchengladbach) un chaparrón encharcó el Etihad Stadium y Guardiola
no pudo debutar en esta competición con los citizens.
Pero la verdadera tormenta, la perfecta, la desató el Barça en el Estadi, que de la mano de un genial Leo Messi, batió su récord en Champions con ese siete que le endosaron
a los de Glasgow.
Los azulgranas no han tardado en
reaccionar tras el tropiezo ante el Alavés la pasada jornada liguera, y han
arrasado desde el primer minuto del duelo a un rival que no demostró nivel Champions, por mucho que haya ganado las
últimas cinco ligas de Escocia. Eso no le resta valor al triunfo culé, pues el
tridente estuvo enchufadísimo y bordó el fútbol, en especial Messi y Neymar, que conectaron como solo ellos
lo saben hacer y bailaron a la endeble defensa verdiblanca.
El hat-trick
de Messi, su sexto en esta competición, el doblete de Luis Suárez, y los dos golazos de Neymar e Iniesta -el del brasileño de falta y el del capitán de volea sin
dejarla caer-, hicieron vibrar a una afición que volvió a disfrutar, y es que
cuando Luis Enrique pone al once de
gala desde el principio al rival solo le queda rezar y capear el temporal.
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