El FC Barcelona tiró por la borda en
cinco minutos el trabajo de toda la temporada regular. Casi un año peleando por
la primera plaza, sufriendo hasta la última defensa y el último tiro sobre la
bocina, para dilapidar ese factor cancha en un suspiro. Lo que tardó el Madrid
en endosarle un parcial de 2-11 y dejar como pánfilos a los azulgranas, que ya
no levantaron cabeza hasta la paliza final (70-90).
El 12-28 con el que acabó el primer
cuarto hacía presagiar lo peor, como así se confirmó, los merengues sabían que
la defensa era clave y la mejoraron ostensiblemente en este segundo
enfrentamiento. El bagaje ofensivo ya lo tenían controlado, así que continuaron
en esa línea. Llull se cascó tres triples en un abrir y cerrar de ojos, y
Thompkins veía aro con facilidad. También Gustavo Ayón fue un bastión para los suyos, se fue hasta los 19 puntos, siendo el mejor valorado del partido con 28 puntos.
En el segundo acto la cosa no mejoró
para los de Xavi Pascual, llegando a ir palmando por 15-30. Ahí emergió la
figura de Reyes, que parece que tiene gasolina para rato. No obstante el Barça
sacó a relucir sus mejores momentos y logró acortar distancias de la mano de
Tomic y Doellman. Un parcial de 11-0 al filo del descanso ponía algo de emoción
al choque (32-44).
Parecía que podría ser un punto de
inflexión para los locales, pero nada más lejos de la realidad. Los
"Sergios" tiraron del carro y fueron como un dolor de muelas para los
catalanes. Aún con todo el Barcelona llegó vivo al último periodo (8 abajo).
Fue un espejismo, otro arreón de los de Laso sentenció el "clásico",
un 1-12 dejó bien claro que el Madrid quería empatar la serie y recuperar el
factor cancha.
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