La Liga vuelve mañana al Camp Nou, con
un interesante FC Barcelona-Celta, y
lo hace tras el varapalo sufrido por el Barça en Madrid, donde cayó con
estrépito y donde Luis Enrique ha
recibido el mayor número de palos desde que es entrenador del equipo culé.
Sobre
todo se le ha criticado al asturiano que no haya concretado la revolución que parecía
susceptible de llevarse a cabo tras la pasada temporada en blanco. No solo no
lo hizo, sino que además dispuso sobre el
Bernabéu una alineación envejecida, utilizando a seis jugadores que
sobrepasaban la treintena (Bravo,
Mathieu, Mascherano, Alves, Xavi e
Iniesta). Amén de poner la misma medular que ganó la Champions en Roma en 2009, que ya ha llovido.
No
se sabe qué ha pasado con Rakitic,
que de ser el eje del mediocampo pasó al banquillo en el partido más relevante
disputado hasta la fecha. También se desconoce qué le ocurre a Busquets, que no parece el mismo "coche-escoba"
que barría todos los balones que circulaban a su alrededor. En definitiva
muchas dudas e indefiniciones, pero un estigma que se desvanece: la veteranía
ya no es un grado.
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